Se trata de una ruta de dificultad baja y una duración adecuada para que la ruta sea como una primera experiencia en una cueva natural y la puedan realizar desde niños muy pequeños hasta personas de edad avanzada con agilidad.
La ruta recorre galerías de una cueva en yeso donde se pueden admirar el reflejo de los cristales de yeso al recibir la luz de nuestros cascos y el efecto que la erosión del agua y el paso del tiempo han provocado en la roca de yeso.
El itinerario dentro de la cueva es fácil, casi todo es horizontal, pero en algunos casos hay que trepar un poco y en otros gatear algo.
El tiempo empleado en esta ruta es variable según el número de participantes e incluso sus características, suele estar comprendido entre la hora y media y las dos horas.